Condenado a 2 años por agredir a agentes que lo trasladaban al hospital

SENTENCIA DEL JUZGADO DE LO PENAL NUMERO 2

Condenado a 2 años por agredir a agentes que lo trasladaban al hospital

El condenado les escupió, lanzó patadas y les causó lesiones

S. L. B., de 27 años, que se hallaba preso el 1 de abril de 2013, agredió a los policías que lo custodiaban en el traslado en ambulancia de la prisión al Infanta Cristina para practicarle unas pruebas médicas. En el trayecto, asido a la camilla de la ambulancia por seguridad con un grillete, intentó liberarse, por lo que los agentes procedieron a colocarle las esposas, ante lo que reaccionó de forma agresiva, lanzándoles patadas, salivazos e insultándolos.

Así consta en los hechos probados de la sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 de Badajoz, que lo condena por estos hechos a dos años prisión por dos delitos de atentado contra agentes de la autoridad, y a pagar a los policías a los que agredió un total de 8.486 euros

Una vez en el hospital, S. L. B. mantuvo su actitud insultando a los agentes. escupiéndoles y durante la pruebas médica, agredió a dos de los policías con un soporte y un extintor de incendios. Por ello lo trasladaron a un módulo de observación. Pero, dado que mantenía su actitud, dos vigilantes de seguridad lo inmovilizaron. Al seguir negándose a la realización de las pruebas, fue trasladado de nuevo a la prisión, golpeando insistentemente el vehículo en el trayecto.

Un agente sufrió un esguince en la muñeca izquierda y pérdida de una uña de la mano derecha, de lo que tardó en curar 50 días. Y otro sufrió una tendinitis en muñeca supraespinosa y erosión en dedo.

Fuente El Periódico Extremadura

OBSERVACIÓN: La Información ofrecida ha sido obtenida mediante un sistema de búsqueda en Internet. Su titularidad corresponde a la Web de origen «Fuente» salvo lo dispuesto en la misma.

@Vigtorre
http://www.vigilanteseguridadprivada.wordpress.com

35 mujeres maltratadas viven con escolta o contravigilancia en Gipuzkoa

La Ertzaintza ofrece medidas de protección a 4.700 vascas víctimas de violencia de género

El calvario que sufren las mujeres víctimas de violencia de género no termina cuando toman la decisión de interponer una denuncia. Se abre ante sí un período de incertidumbres y miedos en el que cualquier apoyo es poco. Proporcionarle una vivienda en el que esté segura, ofrecer ayuda psicológica si es necesario, atender a los menores… Son medidas necesarias, pero también lo es no descuidar la seguridad para evitar que el nuevo agresor vuelva a actuar y que esa mujer no viva con miedo y deje de girar la cabeza cada vez que sale del portal de casa.

En esa situación se encuentran actualmente 4.694 mujeres víctimas de la violencia de género o doméstica en Euskadi, para las que la Ertzaintza ofrece algún tipo de protección, más allá de las órdenes de alejamiento dictadas por los juzgados. En los casos de riesgo más grave (34), se asigna además una escolta personal o labores de contravigilancia (73). También se vigila al maltratador en su entorno (1.483 casos) o incluso se les asigna una pulsera electrónica para comprobar que cumplen la orden de alejamiento.

Cada vez que la Ertzaintza detecta un nuevo caso de violencia de género, los agentes realizan una valoración de riesgos que presenta la víctima. Dependiendo de su situación, prestan una serie de medidas de protección en ese momento, sin esperar a que medie una decisión judicial de por medio que puede decretar, por ejemplo, una orden de alejamiento del agresor. Así, a 31 de diciembre de 2014 la Ertzaintza ofrecía protección a 4.694 mujeres que habían sufrido algún tipo de maltrato (1.610 expedientes en Gipuzkoa, 2.411 en Bizkaia y 673 en Araba), según datos del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco. Estos expedientes engloban los derivados de la ejecución de las órdenes de protección de los juzgados y las medidas prejudiciales que pone en marcha la Ertzaintza en casos de violencia de género o doméstica.

Según explican fuentes del Departamento, el grado de riesgo que presenta la víctima (básico, moderado alto o especial) determina las medidas de protección que se le van a ofrecer. En los casos más graves se ofrece a la mujer ser acompañada por agentes de la Ertzaintza al juzgado para realizar los primeros trámites judiciales. Además, se pone a disposición de la víctima una «vigilancia permanente» con escoltas, para evitar que vuelva ser objeto de una agresión. A 31 de diciembre del año pasado, en Euskadi 35 mujeres llevaban escolta personal (18 de ellas en Gipuzkoa, 10 en Bizkaia y 7 en Araba). La cifra de mujeres escoltadas es la más baja de los últimos 4 años.

Desde Seguridad explican este descenso, entre otras causas, por «una modificación en el sistema de valoración de riesgos» llevada acabo en 2013. Además, recuerdan que aceptar «llevar escolta» no es una decisión sencilla de aceptar, porque «victimiza, más si cabe a la mujer, que ha de comunicar todos sus movimientos y su vida a una persona que va con ella a todas partes, con la quiebra de su independencia y su privacidad. De ahí que sea siempre una medida que debe contar con la conformidad de la víctima».

De hecho, en los casos con orden de alejamiento en los que la mujer no desea escolta ni que se le coloque una pulsera electrónica al agresor para tenerlo ‘controlado’, se ofrece un servicio de contravigilancia. Esta técnica de seguridad se lleva a cabo por personal policial «no uniformado» de forma «discreta y utilizando técnicas de actuación que les permitan pasar desapercibidos». 73 vascas son ahora objeto de contravigilancia (17 en Gipuzkoa, 47 en Bizkaia y 9 en Araba).

Además de las labores de contravigilancia, en los casos graves se ofrece también vigilancia sobre rutinas y zonas. Las primeras se centran en la protección a la víctima en el entorno de sus «rutinas habituales». Las llevan a cabo ertzainas de uniforme «con una presencia obvia, visible y notoria, destinada a disuadir al posible agresor». 683 mujeres vascas tenían esta medida de protección a final de 2014. Las vigilancias de zona, en cambio, se centran en el entorno del agresor, con el objetivo de «vigilar sus movimientos para evitar que se acerque a la víctima». La Ertzaintza vigilaba a 31 de diciembre de 2014 a 1.483 agresores.

Teléfono Bortxa
Otra medida de protección en los casos más graves centrada en el agresor es la pulsera electrónica, un dispositivo que debe llevar el maltratador y que se establece por orden judicial. El objetivo del aparato es asegurar el cumplimiento de la orden de alejamiento. En la actualidad 31 agresores llevan pulsera electrónica en Euskadi (8 en Gipuzkoa, 20 en Bizkaia y 3 en Araba).

En todos los casos, la Ertzaintza ofrece a las víctimas el teléfono Bortxa, un servicio de telefonía de urgencia con un enlace directo con la Ertzaintza y la comisaría que lleva su caso. La aceptación por parte de las víctimas del teléfono Bortxa es cada vez mayor. En la actualidad 1.483 víctimas tienen un teléfono Bortxa activo.

Fuente Diario Vasco

OBSERVACIÓN: La Información ofrecida ha sido obtenida mediante un sistema de búsqueda en Internet. Su titularidad corresponde a la Web de origen «Fuente» salvo lo dispuesto en la misma.

@Vigtorre
http://www.vigilanteseguridadprivada.wordpress.com

Un exescolta crea una agencia de detectives como salida profesional . elnortedecastilla.es

image

Ángel Caminero muestra cómo realiza algunos de los seguimientos.

La de detective es una de las profesiones que más curiosidad suele despertar. El cine y la literatura a menudo representan a estos profesionales como personajes misteriosos, con gabardina, gafas oscuras y lupa en ristre. Pero…. nada más lejos de la realidad. El perfecto investigador privado es aquel que pasa totalmente desapercibido ante los ojos de los demás, que posee, eso sí, gran intuición y agudeza mental y es capaz de resolver casos imposibles. Miguel Ángel Caminero Domínguez es un emprendedor que el pasado mes de octubre puso en marcha su propio despacho de investigación privada, M12 Agencia de Detectives.

DE CERCA

Nombre M12 Agencia de Detectives.
Emprendedor Miguel Ángel Caminero Domínguez (46) Investigador privado.
Contacto http://www.m12detectives.com/ mac12miel@gmail.com. Móvil: 634 415 213

Toda su vida la ha dedicado a la seguridad privada. Empezó trabajando como auxiliar, más tarde como vigilante, y como escolta privado durante doce años en el País Vasco. «Estuve en Guipúzcoa y Álava escoltando a empresarios, políticos y jueces. Durante esa época estudié Criminología en Salamanca de forma semipresencial. En tres años saqué la habilitación para poder trabajar como detective privado. Empecé colaborando con algunos compañeros hasta que en octubre de 2014 regresé a Valladolid y creé mi propia agencia», recuerda.

Los años en los que trabajó como escolta fueron duros y le sirvieron para curtirse en su profesión: «En aquella época aprendí a controlar las distancias, a buscar objetivos con mayor facilidad y a ocultarme, ya que había protegidos que no querían que estuviera con ellos. Hay gente que tiene estas cualidades innatas, pero realmente la profesión se aprende en la calle», añade.

Desde que se montó por su cuenta está intentando abrirse mercado. La mayor parte de sus clientes provienen del ámbito empresarial y acuden a él para investigar bajas fraudulentas de empleados, rendimiento laboral, solvencia de socios y clientes, localización de deudores, espionaje industrial o investigar hurtos y robos por parte de los trabajadores. «En el ámbito familiar, las investigaciones más solicitadas son las relacionadas con modificaciones en las pensiones alimenticias y compensatorias, custodia de menores y régimen de visitas, infidelidades de pareja, control de hijos y usos anómalos de viviendas», explica.

El tercer segmento al que se dirige son las mutuas y aseguradoras, que solicitan sus servicios de cara a la obtención de pruebas y evidencias relacionadas con la simulación de siniestros, incapacidades fraudulentas, reconstrucción de accidentes y control de secuelas.

«Primeramente solemos investigar en medios generales, como Internet. A partir de ahí se hace una investigación más directa, con seguimientos, que es más expuesto. Otras formas de conseguir información es mediante la generación de roles, haciéndote pasar por un comercial, por ejemplo», expone este investigador emprendedor quien, además, afirma que hay que moverse mucho para encontrar trabajo en Valladolid y estar dispuesto a viajar. «Dedico gran parte de mi tiempo al networking para conocer posibles clientes y uso las redes sociales para darme a conocer, ya que si no estás en Internet, es como si no existieras», relata Miguel Ángel.

Tarifas
En su lista de precios tiene establecida una tarifa mínima de 20 euros la hora para aquellos trabajos sencillos en los que no es necesaria una exposición directa. «La tarifa más habitual es de 40 euros por hora, cuando es necesario un seguimiento. Para casos más especiales, en los que hay que interpretar un rol o una exposición directa, el precio puede alcanzar los 90 euros por hora. Éste es un trabajo muy laborioso. Todos los casos requieren un estudio previo y la posterior edición de vídeos y fotografías», argumenta.

La discreción es requisito imprescindible en una investigación privada, y para ello todo buen detective que se precie debe ir provisto de material adecuado. Al inicio de su actividad, este emprendedor tuvo que adquirir un importante equipo tecnológico, con cámaras de vídeo grandes y pequeñas, y también cámaras ocultas en el reloj, en un botón o en un encendedor. «Para determinados casos, en los que son necesarias instalaciones electrónicas o de micrófonos, colaboro con un técnico especializado en el sector», concreta este detective, orgulloso de trabajar siempre bajo la legalidad. «Yo no puedo entrar a un domicilio si nadie me abre la puerta y me da permiso para ello. A partir de ahí… que cada uno imagine las innumerables maneras de poder entrar en una propiedad privada de forma legal», deja entrever misterioso.

En el coche lleva varios cambios de ropa y calzado para cualquier eventualidad que pueda surgirle. «Hay que jugar siempre con el factor sorpresa. Si por la mañana me he cruzado con la persona que seguía llevando una cazadora amarilla,es fácil que si vuelve a verme con la misma cazadora me recuerde. Si me cambio, pasaré más desapercibido», explica .

Afirma rotundo que su profesión es totalmente vocacional y le hace sentirse vivo. «Es un trabajo arriesgado, pero no peligroso. Lo mejor es poder ayudar a la gente a resolver sus problemas. Lo peor son las interminables esperas. Hay que tener una paciencia infinita», concluye.

Fuente El Norte de Castilla

OBSERVACIÓN: La Información ofrecida ha sido obtenida mediante un sistema de búsqueda en Internet. Su titularidad corresponde a la Web de origen «Fuente» salvo lo dispuesto en la misma.

@Vigtorre
http://www.vigilanteseguridadprivada.wordpress.com